La anticipación en torno a la revolución eléctrica está dejándose sentir en todos los sectores de la industria del motor. Desde los pequeños distribuidores de piezas hasta los gigantes fabricantes de automóviles, se espera que el impacto sea de gran alcance, y que habrá una gran cantidad de factores que contribuirán a esta transformación.
Febrero de 2023 fue testigo de la aprobación por parte del Parlamento Europeo de una nueva ley que prohíbe la venta de automóviles de gasolina y diésel a partir del año 2035, lo que causó una gran conmoción en la industria. Esta prohibición no solo supone una gran amenaza para las ventas, sino que también acelera el compromiso de la Unión Europea para combatir el cambio climático, impulsando la rápida transición a los coches eléctricos a pesar de haberse introducido ya normas de emisiones más estrictas en los últimos años. Es probable que se intensifiquen los incentivos para la adopción de automóviles eléctricos por parte de los consumidores y el enfoque de la industria en la sostenibilidad.
Entre las naciones más afectadas por este cambio se halla Alemania, que se erige como la nación con mayores ingresos procedentes de la venta de vehículos de combustibles fósiles. Sin embargo, Alemania ha firmado un acuerdo con la Comisión Europea para fabricar vehículos de combustibles sintéticos o e-fuels libres de emisiones a partir de la fecha límite de 2035. La Unión Europea está centrada en reducir significativamente las emisiones de gases del transporte para el año 2050 y se ha convertido en firme defensora de los coches eléctricos. Dado que los automóviles son responsables del 15% de las emisiones de CO2 solo en la UE, no es de extrañar que traten de presionar a los fabricantes de automóviles para que reduzcan las emisiones de carbono de los vehículos nuevos al 100%. Si bien no todos los países adoptarán esta prohibición, algunos tratan de ralentizar el ritmo de las leyes europeas para gestionar la transición de manera más efectiva.
En marzo de este año, una alianza entre Alemania y Francia caldeó los ánimos en Bruselas al desafiar la legislación de la UE exigiendo cambios. Otros países se han unido a esta alianza pidiendo que se diluya la nueva legislación. El ministro de Comercio italiano ha expresado su descontento, argumentando que un cambio forzado a la adopción de vehículos eléctricos perjudicaría a la industria automotriz europea y beneficiaría a los fabricantes chinos. La prohibición propuesta está a solo 12 años vista, lo que deja a la industria automotriz con solo 144 meses para adaptarse a los inminentes desafíos.
Entonces, ¿qué implica esto para la industria del motor en general? Los técnicos necesitarán adquirir nuevas habilidades y conocimientos relacionados con transmisiones eléctricas, sistemas de alta tensión, tecnología de baterías y equipos de diagnóstico especializados. Será necesaria una formación y educación adicionales para adaptarse a la evolución de las tecnologías de los vehículos eléctricos. Si bien los automóviles eléctricos suelen requerir menos mantenimiento que sus homólogos con motores de combustión interna, los mecánicos experimentarán un cambio importante tanto en el mantenimiento como en las reparaciones. Necesitarán herramientas y equipos especializados para manejar sistemas de alta tensión de manera segura, así como equipos de diagnóstico y herramientas de servicio de baterías. Saber diagnosticar y arreglar vehículos eléctricos y vehículos tradicionales será crucial durante el período de transición, junto con un servicio de alta calidad y la información sobre mantenimiento y reparaciones de los fabricantes.
Además, los coches eléctricos siguen ganando popularidad, y los fabricantes invierten mucho en la producción de vehículos eléctricos. Este cambio en la demanda tendrá un impacto en la cadena de suministro automotriz, lo que requerirá que los proveedores de piezas reorienten su negocio hacia los componentes de los vehículos eléctricos. Las innovaciones en la tecnología de las baterías tienen como objetivo abordar inquietudes como la ansiedad por temas de alcance y los altos costes de compra de los vehículos; mientras, las mejoras en el tiempo de carga y la expansión de la infraestructura tienen como objetivo proporcionar una red de carga más práctica.
Si bien persisten los desafíos relacionados con las capacidades de la red eléctrica, las capacidades de carga, el rendimiento climático extremo, las materias primas naturales escasas y la eliminación de baterías, la investigación y el desarrollo en curso tratan de abordar estas preocupaciones y simplificar el proceso de toma de decisiones para los consumidores. La preparación gradual es clave para los talleres, ya que los vehículos eléctricos se están convirtiendo en algo habitual. La adaptación a este panorama cambiante requiere mantenerse al día con la última tecnología, invertir en formación y complementar y perfeccionar las habilidades del personal.
En resumen, la transición a los coches eléctricos será gradual, pero los vehículos tradicionales seguirán circulando. Los talleres deben abarcar la industria automotriz en evolución y prepararse para la creciente prevalencia de los vehículos eléctricos. Si se mantiene informada y proactiva, la industria del motor podrá atravesar con éxito esta revolución.
© 2023 Silvano Onofrio